Durante los primeros días del mes de julio, un grupo de peruanos de las diferentes agencias relacionadas a promover la innovación en el país tuvimos la suerte de vivir una semana innovación en Londres, junto con grupos similares de Chile, México y Colombia. Ahora, en noviembre, nos volvimos a reunir con el objetivo de avanzar en nuestros proyectos, conectarnos más como miembros de la Alianza del Pacífico y para participar del evento “Investigación colaborativa para impulsar la innovación: asociaciones entre el Reino Unido y Latinoamérica”.
Como país, continuamos con el progreso del proyecto delineado en la primera semana “Innovation through collaboration” que busca evaluar los financiamientos que involucren la colaboración entidad empresarial – entidad proveedora de conocimiento (universidad o centro de investigación) para determinar factores clave de éxito o fracaso con miras a mejorar los instrumentos que existen o generar nuevos instrumentos para incrementar la eficiencia en el uso de recursos públicos y el retorno a través de una innovación efectiva, es decir, que llegue a la sociedad/mercado.
Los primeros día de la semana nos reunimos con expertos del Reino Unido provenientes de instituciones como Policy Lab, US creates, Innovate UK, Manchester Institute, National Centre for Universities and Business, Royal Academy of Engineering y de la misma institución organizadora NESTA. Con ellos establecimos algunos parámetros y recomendaciones tanto para el diseño de las herramientas Focus Group y Encuestas, así como para la implementación de los resultados de la evaluación.
Los últimos días de la semana tuvimos la oportunidad de interactuar con los otros grupos de la Alianza del Pacífico, así como con otras personas involucradas en innovación de otros países de Latinoamérica y UK en el evento “Investigación colaborativa para impulsar la innovación: asociaciones entre el Reino Unido y Latinoamérica”. Fueron dos días y medio de ocupadas sesiones en las que se discutieron los retos de la colaboración y las oportunidades como región.
Se resaltan entre las oportunidades del ecosistema de innovación en la Alianza del Pacífico: (i) formar un entorno de innovación único, aprendiendo de los éxitos y fracasos en políticas públicas de los países que la conforman; (ii) coordinar los actores se los respectivos sistemas de innovación nacionales (ciencia, innovación, emprendedurismo y transferencia de tecnología) e integrarlos en un ecosistema de innovación; conectar los retos y problemas del sector privado con el conocimiento generado en las universidades; y (iv) generar capital social, con colaboración primero entre personas y luego entre instituciones, creando redes.
En relación a la colaboración, es importante mencionar que se trata de un término muy amplio que es necesario analizar de acuerdo al grado de interacción. La verdadera colaboración, a diferencia de la cooperación, involucra el compartir objetivos y en la toma de decisiones de manera conjunta. Esto explica que, por ejemplo, cuando se analiza la preferencia de colaboración de las empresas se encuentre que éstas prefieren, en este orden, colaborar con (i) otra empresa proveedora, (ii) otra empresa cliente, (iii) un centro de investigación, y finalmente (iv) una universidad. Aquí cabe resaltar que la misión de las universidades debe entonces ampliarse y abarcar así las siguientes actividades: enseñanza, investigación e innovación con miras a transferir valor a la sociedad. Otra reflexión es la obtención de mejores resultados cuando se trabajan proyectos orientados al reto, en lugar de que se orienten a si son investigaciones básicas o aplicadas.
Existe una relación directa en capacidad de innovar y cantidad de gente interconectada. Un ejemplo es la tendencia de hacer innovación abierta, que no es otra que la que se hace con la participación de mucha gente, incluyendo a los usuarios finales. La mayoría de ejemplos de innovación importantes han sido el resultado de un trabajo colaborativo. La importancia de la colaboración radica en su capacidad de reunir enfoques y soluciones por lo que la interdisciplinariedad juega un rol importante. En este sentido, una práctica saludable es que cada parte demuestre sus habilidades y mencione sus debilidades. La moneda corriente de la innovación no es el producto sino el talento en las personas.
La innovación en colaboración no es tarea fácil ya que, como no es sencillo predeterminar el impacto, se dificulta el convencimiento de aquellos actores imprescindibles de cada una de las partes para que se genere la colaboración. Una forma es vender el sueño en lugar del plan, de manera que se asuma el objetivo común.
Se vuelve entonces un reto el establecer mecanismos o canales que como países nos permitan compartir retos, siendo éstos los motores que nos lleven a encontrar puntos en común para iniciar innovaciones colaborativas. Las entidades que promovemos la innovación debemos no sólo incrementar la solidez de las instituciones que respalden la generación de conocimiento sino también ser capaces de mirar tendencias y generar innovaciones de base social en el aspecto más amplio.
La innovación requiere de la investigación a lo largo de todo el proceso, indistintamente si es una innovación de base científica/tecnológica o si es una innovación en diseño o modelo de negocio. La innovación se trata de personas, son las personas quienes deciden si hay o no valor en algo. En conclusión la innovación requiere ser inspirada, conectada y orquestada.