Pasaron más de 100 años para demostrar su existencia mediante una foto.
Fue en 1921 cuando Albert Einstein predijo, en su teoría de la relatividad general, la existencia de lugares en los que el tejido del espacio-tiempo se distorsiona de tal manera que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de ellos.
El concepto de agujero negro se sumaba a estas definiciones. Sin embargo, demostrar su existencia no había sido posible hasta el día de hoy, ya que resulta difícil ver las sombras de los agujeros negros con claridad porque las imágenes son borrosas por el gas interestelar.
Científicos acaban de lograr obtener la primera imagen de un agujero negro usando el telescopio Event Horizon en el centro de la galaxia M87, situado a unos 50 millones de años luz de la Tierra y con 6 mil millones más masa que nuestro sol, uno de los más fascinantes jamás descubiertos. Se logra apreciar un anillo brillante formado a medida que la luz se curva en la intensa gravedad alrededor del agujero negro. Emite un rayo que se extiende durante unos 5.000 años luz hacia ambos lados.
Esta foto se produjo gracias a un algoritmo que combina información de ocho radiotelescopios de todo el mundo, y más de 200 de científicos, bajo la supervición del consorcio internacional de científicos "Event Horizon Telescope" (Telescopio del Horizonte de Sucesos). "Las ondas de radio vienen con muchas ventajas", dice Katie Bouman, estudiante del MIT en ingeniería eléctrica y ciencias de la computación, quien lideró el desarrollo del algoritmo. "Así como las frecuencias de radio pasan a través de paredes, ellas también perforan el polvo de las galaxias. Nunca hubiéramos podido ver el centro de nuestra galaxia con ondas invisibles porque hay mucho en medio".
Pero necesitarían de una gran antena para lograrlo. "Un agujero negro es muy muy lejano y compacto" dice Bouman, "[Tomar una foto de un agujero negro en el centro de la Vía Láctea es] equivalente a tomar una imagen de una uva en la luna, pero con un telescopio de radio. Para capturar la imagen de algo así de pequeño significaría usar un telescopio de 10,000 kilómetros de diámetro, lo que no es práctico porque el diametro de la tierra ni siquiera alcanza los 13,000 kilómetros". Utilizando la interferometría de línea de base muy larga, según el Observatorio Europeo del Sur, que forma parte de la EHT. Esto crea un telescopio virtual del mismo tamaño que la Tierra, solucionando el problema.
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