Boyle fue un pionero de la experimentación en el campo de la química, en particular en lo que respecta a las propiedades de los gases. Los razonamientos de Robert Boyle sobre el comportamiento de la materia a nivel corpuscular fueron los precursores de la moderna teoría de los elementos químicos.
Robert Boyle nació el 25 de enero de 1627 en Irlanda en el seno de una familia de la nobleza. Tuvo una buena educación, como le correspondía al decimocuarto hijo del Conde de Cork. Desde muy joven aprendió a hablar griego, francés y latín, y con ocho años ingresó en el prestigioso colegio de Eton.
Ocupó un lugar destacado en el grupo de investigadores, conocido como el "Colegio Invisible", que se dedicaron al cultivo de la "nueva filosofía", que luego pasó a llamarse “Royal Society”.
Escribió una lista de 24 posibles inventos que incluía "La prolongación de la vida", el "Arte de Volar", la "Luz perpetua", "fabricar armaduras muy livianas y extremadamente duras", "una manera práctica y certera de determinar longitudes", etc. La lista es extraordinaria porque la mayoría se hicieron realidad.
Trabajó en la Universidad de Oxford como asistente de Robert Hooke, participando en la realización de una serie de experimentos que establecieron las características físicas del aire, así como el papel que éste desempeña en los procesos de combustión, respiración y transmisión del sonido.
Los resultados de estas aportaciones fueron recogidos en su obra titulada Sobre la Elasticidad del Aire, publicada en 1660. En la segunda edición de esta obra, expuso la famosa propiedad de los gases conocida con el nombre de ley de Boyle-Mariotte, que establece que el volumen ocupado por un gas, a temperatura constante, es inversamente proporcional a su presión. Hoy se sabe que esta ley se cumple únicamente aceptando un teórico comportamiento ideal del gas.
En 1661 publicó The Sceptical Chemist, obra en la que ataca la vieja teoría aristotélica de los cuatro elementos, así como los tres principios defendidos por Paracelso (sal, azufre y mercurio). Por el contrario, Boyle propuso el concepto de partículas fundamentales que, al combinarse entre sí en diversas proporciones, generan las distintas materias conocidas, prefigurando con más de cien años de antelación los descubrimientos y aportaciones que a finales del siglo XVIII, de la mano de Antoine Lavoisier y John Dalton, conducirían a la fundación de la química moderna.
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