Fue avistada el 12 de julio de 1764.
Mientras cazaba cometas en el cielo de Francia del siglo XVIII, el astrónomo Charles Messier mantenía con diligencia una lista de las cosas encontradas que, definitivamente, no eran cometas. Este es el número 27 de su famosa lista de no-cometas. Los astrónomos del siglo XXI lo identificaban como una nebulosa planetaria, pero tampoco es un planeta, aunque con un pequeño telescopio puede parecerlo.
El objeto número 27 de esa lista de Messier, ahora conocido como M27 o nebulosa de Dumbbell, es una nebulosa planetaria, es decir, el tipo de nebulosa que nuestro Sol producirá cuando se detenga la fusión nuclear de su núcleo. Messier 27 (M27) es un excelente ejemplo de una nebulosa de emisión gaseosa creada cuando una estrella similar al Sol se queda sin combustible nuclear. La nebulosa se forma a medida que las capas exteriores de la estrella son expulsadas al espacio, con un brillo visible generado por los átomos excitados por la intensa, pero invisible, radiación ultravioleta de la estrella moribunda.
Esta nube de gas interestelar, conocida popularmente como la nebulosa Dumbbell, tiene más de 2,5 años luz de diámetro y se encuentra a unos 1.200 años luz de distancia en la constelación Vulpecula. La formidable composición resalta los detalles de la bien estudiada región central, así como los elementos más tenues y rara vez fotografiados del halo exterior de la nebulosa.
La comprensión de la física y de la significación de M27 estaba fuera del alcance de la ciencia del siglo XVIII. Hoy en día, incluso, hay muchas cosas de las nebulosas planetarias bipolares como M27 que siguen siendo un misterio, como el mecanismo físico que expulsa el envoltorio gaseoso de una estrella de poca masa y deja una enana blanca caliente de rayos X.
Fuente: Observatorio, Portalastronómico