Pasó su vida totalmente dedicado a la ciencia. Uno de sus más grandes descubrimientos fue el Hidrógeno, realizado el 23 de febrero de 1765.
Henry Cavendish, nacido el 10 de octubre de 1731, fue un físico y químico británico, es bien conocido por sus investigaciones en la química del agua, del aire, de la electricidad, y también por el experimento que lleva su nombre, que determinó la constante de gravitación universal.
Hijo de una familia de la nobleza, nació en Niza, entonces reino de Cerdeña. A los 18 años ingresa a la Universidad de Cambridge, donde permaneció desde 1749 hasta 1753, aunque no llegó a graduarse; sin embargo, logró destacar por su inteligencia.
Como químico, uno de sus hallazgos más importantes fue el descubrimiento del hidrógeno. El 23 de febrero de 1765, Cavendish logró aislar dicho elemento y descubrir sus propiedades, así como del anhídrido carbónico y de otros gases. Mediante sus experimentos estableció que el hidrógeno es el más ligero de los gases conocidos.
Hasta que cumplió los cuarenta años, vivió de una renta modesta que le pasaba su padre, hasta que en 1773 heredó de su tío lord George Cavendish una considerable fortuna de 1 200 000 libras esterlinas, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de su tiempo.
Su ocupación preferida continuó siendo la investigación científica, compaginada con su sistemática asistencia a las sesiones semanales de la Royal Society de Londres, donde presentaba sus descubrimientos.
Los resultados los publicó en la comunicación Factitious Airs, presentada en 1766 a la Royal Society. Posteriormente, descubrió la composición del agua natural afirmando que “está compuesta por aire deflogistizado (oxígeno) unido al flogisto (hidrógeno)”.
Murió en 1810. Tras su fallecimiento dejó abundantes notas, una copiosa biblioteca, cajas repletas de experimentos de todo tipo (muchos de ellos eléctricos) y una cuantiosa fortuna.
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