Se dedicó al estudio de gases que integraban el neón, el criptón y el xenón, y junto con el helio y el argón se denominaron "gases inertes" o "nobles". Pudo justificar que al aplicar descargas eléctricas dentro de un tubo de vidrio que contuviera gases nobles, se podía producir luz. La luz roja producida con el gas neón era a más espectacula, aunque se utilizaran otros gases, las luces así producidas se llamaron luces de neón.
Los resultados más relevantes de ese descubrimiento fueron su aplicación a la publicidad y la aparición de los carteles luminosos, que cambiaron la cara de las ciudades. Esta innovación fue también el antecedente de la luz fluorescente, que reemplazó a las lámparas incandescentes, primero en las industrias y más tarde en muchos usos familiares.
Aproximadamente en 1902, fue el primero en aplicar una descarga eléctrica en un tubo sellado y con gas neón con la idea de crear una lámpara. Separó el oxígeno y el ozono a partir del aire líquido, obtenido mediante un procedimiento industrial de su invención. Ideó el sistema de iluminación con tubos de neón y consiguió la síntesis del amoníaco utilizando presiones muy elevadas (Proceso Claude)
Entusiasmado por la invención de Daniel McFarlan Moore, la lámpara de Moore, Claude inventó la lámpara de neón mediante la descarga eléctrica de un gas inerte comprobando que el brillo era considerable. En 1930 se aplicó en Cuba, gracias a la idea de Arsène d'Arsonval (1851-1940), se construyó el primer proyecto de utilización de energía maremotérmica basado en el gradiente térmico oceánico.
Durante la Segunda Guerra Mundial apoyó al gobierno del mariscal Petain, establecido en Vichy, y al terminar el conflicto fue juzgado como colaboracionista. Pasó cuatro años en prisión, de 1945 a 1949. Falleció el 23 de mayo de 1960.
Fuente: www.ecured.cu