Químico alemán, galardonado con el Premio Nobel de Química de 1918 por desarrollar la síntesis del amoniaco, importante para fertilizantes y quimica.
También ha sido descrito como el padre de la guerra química por su trabajo sobre el desarrollo y despliegue del gas dicloro y otros gases venenosos durante la Primera Guerra Mundial.
Fritz Haber fue un químico alemán nacido el 9 de diciembre de 1868. Creció en una familia judía asquenazí. Desde 1886 hasta 1891, estudió en la Universidad de Heidelberg con Robert Bunsen, y en la Escuela Técnica Superior de Charlottenburg con Carl Theodor Liebermann. Se casó con Clara Immerwahr en 1901. Clara también era una química y se opuso al trabajo de Haber en la guerra química.
Durante su estancia en la Universidad de Karlsruhe desde 1894 hasta 1911, Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el proceso de Haber, que es la síntesis catalítica del amoniaco a partir del dihidrógeno y el dinitrógeno atmosférico en condiciones de alta temperatura y presión. En 1918 recibió el Premio Nobel de Química por este trabajo.
El proceso Haber-Bosch fue un hito en la industria química, ya que independizó la síntesis del amoniaco y de productos nitrogenados, tales como fertilizantes, explosivos y materias primas químicas, de los depósitos naturales, especialmente el nitrato de sodio (salitre), del cual Chile era uno de los principales (y casi único) productores.
Asimismo investigó las reacciones de combustión, la separación del oro del agua del mar, los efectos de absorción, la electroquímica y la investigación de radicales libres. Una gran parte de su obra desde 1911 hasta 1933 la llevó a cabo en el Instituto Kaiser Wilhelm para Química Física y Electroquímica en Berlín-Dahlem.
En la década de 1920, Haber buscó exhaustivamente un método para extraer el oro del agua del mar y publicó una serie de trabajos científicos sobre el tema. Después de años de investigación, concluyó que la concentración de oro disuelto en el agua del mar era mucho menor que la informada por investigadores anteriores, y que la extracción de oro del agua del mar no era rentable.
Su Premio Nobel de Química, y las aportaciones posteriores a los esfuerzos de guerra de Alemania en forma de fertilizantes químicos, explosivos y municiones de veneno, no fueron suficientes para evitar la difamación final de su herencia por el régimen nazi.
Su mala salud mermó su capacidad de valerse por sí mismo y el 29 de enero de 1934, a la edad de 65 años, murió de insuficiencia cardíaca en un hotel de Basilea, donde se encontraba descansando en su camino hacia el Medio Oriente.
Fuente: