El acceso al agua limpia es una necesidad humana. La necesitamos para beber, limpiar, cocinar, asearnos y mucho más. Sin embargo, todavía hoy 2100 millones de personas —cerca del 30 % de la población mundial— no tienen acceso al agua potable con libre disponibilidad en sus hogares.
Por desgracia, los millones de mujeres y niñas que representan la crisis del agua, en particular en zonas rurales, se ven desproporcionadamente afectadas debido a que cargan con la tarea de recoger agua. La tarea implica mayor riesgo de sufrir violencia en los a menudo peligrosos caminos para recoger agua, menos tiempo para otras actividades —como trabajo con generación de ingresos, asistencia a la escuela o incluso actividades de ocio y esparcimiento—. Todo esto impide que las mujeres y las niñas vivan con plenitud.
En un intento por reducir la exigencia física y el tiempo que implica recoger agua en las difíciles condiciones rurales, dos sudafricanos inventaron, a principios de los noventa, el bidón rodante, hoy comúnmente denominado bidón-rodillo para el transporte de agua. Este bidón —un tambor con forma de tonel que rueda sobre el suelo— puede transportar hasta cinco veces más agua que un solo balde. Hasta la fecha, el invento ha cambiado las vidas de medio millón de personas en más de 20 países.
Si bien no es una solución permanente para la crisis del agua, junto con otras soluciones innovadoras, como el filtro de agua de uso personal LifeStraw, constituye una iniciativa destacada para mejorar las vidas de mujeres y niñas en comunidades rurales de África.
Fotos: caritas.org.nz y Wello WaterWheel
Fuente: ONU Mujeres
Otras fuentes: WaterWheel to ease burden on women