David Edward Hughes fue un ingeniero estadounidense de origen británico. Inventó el telégrafo que lleva su nombre, caracterizado porque los signos a transmitir se transformaban en un código perforado e introdujo diversas mejoras en el micrófono (micrófono de granos de carbón).
A la edad de siete años emigró junto con su familia a los Estados Unidos. Ingresó en el St. Joseph's College de Bardstown. En 1850, con diecinueve años se hizo con una cátedra en dicha universidad. Mientras ejercía como profesor de música, se centró en sus estudios de física como medio para desarrollar instrumentos eléctricos, campo que le llamaba la atención.
En 1855 patenta el primer sistema de impresión para telégrafo. El telégrafo de Hughes era un telégrafo de impresión con un teclado parecido al de un piano. Cada tecla pulsada enviaba una señal y equivalía a una letra en la impresora situada en el lugar de recepción del mensaje. Este teclado del telégrafo de Hughes es el antecedente directo de las máquinas de escribir, de los teclados de ordenador, del sistema télex, etc.
El telégrafo de Hughes superaba al telégrafo Morse, pues transmitía hasta 60 palabras por minuto, frente a las 25 del sistema Morse. Además, su sistema permitía imprimir con caracteres alfanuméricos normales sobre una cinta de papel que se pegaba sobre el impreso del telegrama recibido, facilitando su entrega directa al destinatario y eliminando la necesidad de escribir previamente el texto a mano por el telegrafista.
El telégrafo de Hughes, adoptado e instalado por todos los servicios postales y telegráficos del mundo y en los Estados Unidos por la Western Union Telegraph Company, permaneció en servicio hasta los años 1930, cuando fue sustituido por los aparatos teleimpresores, o teletipos.
Además de su sistema telegráfico Hughes inventó en 1878 el primer micrófono, el micrófono de carbón. Este fue en sentido estricto el primer micrófono, dado que el teléfono de Alexander Graham Bell empleaba el mismo dispositivo electromagnético tanto para hablar como para escuchar. Hughes construyó el micrófono para demostrar empíricamente que era posible transformar el sonido en corriente eléctrica.
Además de sus célebres inventos, Hughes contribuyó de forma activa al estudio del magnetismo y las ondas electromagnéticas.
Finalmente, Hughes murió a los 69 años el 22 de enero de 1900 en Londres.
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