Charles Darwin fue un naturalista inglés, autor de “El Origen de las Especies”, reconocido como uno de los científicos más importantes en la historia de la humanidad.
Nació el 12 de febrero de 1809. De una familia de médicos, Darwin, desde la infancia, dio muestras de un gusto por la historia natural poco común en un chico de su edad; en especial desarrolló una gran afición por coleccionar pequeñas cosas como conchas, sellos, monedas, minerales, etc.
En 1825 ingresó en la Universidad de Edimburgo para estudiar medicina por decisión de su padre, sin embargo Darwin no consiguió interesarse por la carrera. Intentó entonces, por consejo de su padre, seguir una carrera eclesiástica e ingresó en el “Christ's Collage” de Cambridge en 1828.
En Cambridge tampoco encontró la vocación, sin embargo resultó clave al descubrir allí el mundo de la botánica, la entomología y la geología. Darwin, con 22 años de edad, el 27 de diciembre de 1831, zarpó de Davenport, hacia una expedición que sin saberlo cambiaría para siempre la historia de la humanidad.
La expedición recorrió Cabo Verde, América del Sur, las islas Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda, Australia, Mauricio y Sudáfrica. Durante el viaje Darwin observó las semejanzas y diferencias entre las mismas y distintas especies, animales o vegetales, en los lugares que iba visitando, lo que provocó que sospechara que la teoría de la estabilidad de las especies podría ser puesta en entredicho. Aquella fue la semilla de su posterior y tan controvertida teoría de la evolución de las especies.
Establecido como reputado científico naturalista Darwin comienza la redacción de sus estudios para posteriormente publicarlos. El más reconocido y estudiado hasta nuestros días sería “El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida”, en donde Darwin presentaba el concepto de selección natural, en el cual la naturaleza selecciona a las poblaciones más aptas para la supervivencia en determinado ambiente y descarta a las menos aptas. Se inició entonces un candente debate y satanización de la obra de Darwin, pues atribuía a la naturaleza facultades hasta entonces reservadas a la divinidad. Dicho debate continúa hasta nuestros días, dividiendo al planeta entre “Creacionistas” y “Evolucionistas”.
Charles Darwin murió de un ataque al corazón en 1882, dejando estudios revolucionarios de en la ciencia.
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