Hoy en día, en todas las reuniones científicas acerca de plantas, es casi imposible dejar de mencionar al Perú cuando se habla de domesticación, o centros de origen de cultivos que hoy alimentan al mundo entero. Esto se explica porque el Perú es uno de los centros más importantes de domesticación de plantas en el mundo, gracias a la astucia de antiguos agricultores peruanos, quienes han cultivado y usado más de 150 cultivos en los últimos 10,000 años. Entre ellas están: aguaymanto, caiguas, cacao, chirimoya, frijoles, papa, quinua, tomates, y muchos otros más.
Sin embargo, es casi común ver en las noticias que nuestros agricultores obtienes bajos rendimientos o pierden sus cultivos debido a heladas, sequías, plagas y enfermedades, afectando sus ingresos familiares y ubicándolos en condiciones de riesgo y vulnerabilidad. Todos estos problemas se pueden superar haciendo un trabajo semejante al realizado por agricultores andinos desde hace 10 mil años, es decir, haciendo la mejora genética de nuestros cultivos complementados por un manejo eficiente de cada uno de ellos. El proceso de domesticación de plantas empezó usando especies silvestres (plantas que crecen libremente en la naturaleza sin necesitar del cuidado del agricultor). Por ejemplo, al noreste de la Ciudad de Camaná, y otros valles de la Costa se encuentran tomates silvestres que conviven con otros cultivos y plantaciones de consumo humano. Esta planta de tomate silvestre es de tamaño pequeña, con frutos de color verde claro, y de sabor agrio. Recientes investigaciones en el cultivo de tomate reportan que muchos genes de esos tomates silvestres, hoy en día, están presentes en los cultivos que siembran los agricultores en sus chacras.
Es de vital importancia que el Perú maximice el uso de su gran biodiversidad, estudiando todos los secretos guardados en los genes de los cultivos nativos y sus parientes silvestres que existen en el país. Por ejemplo, el tomate silvestre Solanum pennelli es oriundo del Perú y posee genes que le confieren tolerancia a la salinidad. Hacer uso de esos genes presentes en esta especie será de gran importancia para desarrollar cultivares de tomate con tolerancia a la salinidad que puedan cultivarse en las zonas desérticas y salitrosas de la costa peruana. De igual manera se puede identificar genes que mejoren el contenido nutricional de la quinua, kiwicha, arracacha, yacón, maca, pimiento, maíz, entre otros. La mejora genética de estos cultivos puede optimizarse gracias al uso de nuevas tecnologías, tales como el secuenciamiento de genomas completos, los cuales son altamente confiables, de rápida ejecución, y bajo costo.
La agricultura tiene el potencial de mitigar problemas que arrastra el Perú hace décadas, como el desempleo y la pobreza, y tiene la capacidad de ser un motor económico que impulse al país de forma sostenida, en paralelo con otros sectores económicos. Por ejemplo, el sector agrícola abarca al 30% de la PEA y 6% del PBI nacional. Por ello, es fundamental continuar con el apoyo hacia la agricultura peruana haciendo uso de la riqueza en biodiversidad agrícola, a través del estudio y uso genético de las plantas nativas y silvestres del Perú para luego desarrollar cultivares que nos ayuden a enfrentar los problemas en la agricultura y mantener un sector robusto en el tiempo y el espacio.
Mi estudio de doctorado se basó en investigar la diversidad de especies silvestres de zanahorias. Tengo mucha suerte de pertenecer y trabajar con laboratorios líderes a nivel mundial en estudios de zanahoria. Hice uso del genoma disponible de la zanahoria, obteniendo genes que ayudan a identificar las especies silvestres de zanahorias que crecen en varias partes del mundo. Estas nuevas especies pasaran a un programa de mejoramiento genético para luego obtener cultivares de zanahorias más productivas, y más preferida por los consumidores. De esta manera se apoya al agricultor que siembra zanahoria, brindándole mejores cultivares para que puedan enfrentar los desafíos de una agricultura competitiva y exigencias del mercado.
Mi gran deseo es interactuar con otros investigadores nacionales e internacionales para aportar al desarrollo de la agricultura peruana mediante la mejora genética de cultivos. El Perú ya tiene lo que es vital para realizar estos trabajos. Es decir, los genes guardados en las especies nativas y sus parientes silvestres. Desde los laboratorios de investigación, nos toca seguir con el trabajo que nos enseñaron nuestros antepasados por más de 10 mil años, optimizando técnicas modernas, para mantener una agricultura sostenible y amigable con el medio ambiente.