El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo. Es un componente muy importante de los huesos, tendones, ligamentos, cartílagos y piel. Con el paso de los años, la producción de esta proteína por parte de las células que la generan en los diferentes tejidos como piel y hueso se reduce; la pérdida comienza alrededor de los 25 años y a partir de entonces, la piel pierde elasticidad (aparecen las primeras arrugas) y los huesos pierden densidad y resistencia.
Este proceso se ve exacerbado por la pérdida de estrógenos durante la menopausia lo cual afecta gravemente la salud de la piel (retrasando el proceso de cicatrización) y los huesos (disminuyendo la masa ósea y generando osteoporosis en aproximadamente al 40% de las mujeres durante este periodo de su vida). De acuerdo a la fundación internacional de osteoporosis “una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura por osteoporosis en lo que les quede de vida estimándose que a nivel mundial ocurre una fractura osteoporotica cada 3 segundos”.
A mediados del año 2012 nació en TASA la idea de extraer colágeno de las escamas de anchoveta. Para aumentar su digestibilidad se decidió fragmentarla empleando un proceso de hidrólisis produciendo así péptidos de colágeno de anchoveta. Durante la primera etapa del proyecto, el principal objetivo fue el desarrollar un producto en polvo que cumpla con las características químicas, funcionales y organolépticas requeridas por el mercado aprovechando un producto de descarte como son las escamas. Este desarrollo tardó dos años y abarco desde la recolección de escamas durante la faena de pesca hasta la creación de un know how específico.
En una segunda etapa del proyecto con el apoyo de Cienciactiva del CONCYTEC y en colaboración la Universidad Peruana Cayetano Heredia que desarrollaron el proyecto: “Evaluación del efecto de la administración oral de péptidos de colágeno de anchoveta sobre el metabolismo óseo y el mecanismo de cicatrización tisular en animales ovariectomizados” el cual tiene el objetivo de determinar la funcionalidad del producto en vivo; los resultados fueron alentadores.
En piel se observó que el consumo de péptidos de colágeno de anchoveta acelera el proceso de cicatrización reduciendo la inflamación y mejorando la calidad del nuevo tejido. En hueso se consiguió revertir de manera significativa la pérdida de masa ósea exacerbada por la deficiencia de estrógenos y recuperar la elasticidad y resistencia necesarias para mantener la salud ósea.
En el mes de octubre del año pasado, gracias a este proyecto TASA obtuvo un el Premio a la Innovación de la IFFO otorgado durante su conferencia anual en Bangkok. Ambos resultados demuestran el poder del consumo diario de péptidos de colágeno de anchoveta en el mantenimiento de la salud y dan pie a futuras investigaciones donde se planea atacar el problema del pie diabético o la recuperación de tejido quemado y evaluar mediante un estudio clínico el efecto en hueso en mujeres durante la menopausia.